Practicar marcha nórdica en parques, campos de fútbol o pistas de atletismo permite realizar los movimientos de una manera amplia y coordinada sin tener que preocuparse por el estado del suelo.
En muchas ocasiones, es necesario salir al monte a desconectar de la rutina diaria, pasear por los bosques o parajes y disfrutar del aire libre, las maravillosas vistas y la reconfortante sensación de hacer ejercicio en plena naturaleza.
En esas ocasiones, se debe prestar más atención al terreno y al uso de los bastones, para avanzar con seguridad.
Los distintos terrenos
Las pistas o senderos disponibles en la montaña suelen tener hendiduras hechas por el agua, suelos descompuestos con mucha piedra suelta, raíces o zonas poco estables por barro y tierra. Incluso se pueden encontrar en mitad del camino rocas o lajas de piedra que hacen el terreno más abrupto y que pueden ser resbaladizas si están mojadas o con verdín.

Diferentes terrenos
También cabe la posibilidad de ir por senderos estrechos en zonas de bosque o monte bajo en los que muchas ramas o arbustos pequeños delimitan el camino e incluso lo invaden con la consiguiente dificultad para clavar el bastón, impulsar y sobre todo, recuperarlo.
¿Qué hacer entonces?
Cualquier instructor de marcha nórdica primará ante todo la seguridad. Por ese motivo, los bastones de marcha nórdica tienen un sistema que permite separar las dragoneras de las empuñaduras y liberar las manos del bastón.
Si el terreno por el que se practica marcha nórdica se vuelve incómodo o inseguro, deben separarse las dragoneras de los bastones y agarrar con firmeza la empuñadura. En el caso de que ocurra algún percance, la mano estará liberada del bastón para poder apoyarla o poder agarrarse a algo.
¿Cómo aplico la técnica sin las dragoneras enganchadas?
Si las dragoneras no están enganchadas al bastón, la amplitud trasera se reduce drásticamente y no se puede abrir la mano atrás, por lo que el impulso se reduce notablemente. Es posible, sin embargo, obtener aproximadamente un 30% del impulso sujetando el bastón con los dedos pulgar e índice formando una pinza.

Pinza con pulgar e índice
Cómo afrontar los desniveles en la montaña
Es habitual encontrar desniveles cuando practicamos marcha nórdica por la montaña. Este tipo de terrenos implica una adaptación de la técnica utilizada en llano.
A continuación se exponen la conclusiones de adaptación basadas en una experiencia personal después de muchos kilómetros de práctica. No son ni mejores ni peores que otras y siempre se recomienda que cada persona experimente y pruebe para practicar con mayor seguridad.
La subida

Afrontando un ascenso
- Nos gusta utilizar la marcha diagonal, pero si es muy pronunciada, nos ayuda la marcha paralela o la combinación de ambas.
- Inclinamos el cuerpo ligeramente hacia delante, es decir, hacia la montaña.
- La amplitud del paso la reducimos si la pendiente es fuerte.
- Procuramos mantener la respiración nasal y acompasada con el movimiento.
La bajada

Afrontando un descenso
- Bajamos el centro de gravedad de nuestro cuerpo flexionando ligeramente las rodillas.
- Entramos, siempre de talón, nunca de punta, ya que se nos puede ir el pie.
- inclinamos ligeramente el cuerpo hacia el vacío, es decir, hacia delante.
- Apoyamos los bastones detrás de nosotros en paralelo.
- Si bajar rápido e incluso corriendo hace que no se nos resbalen los pies, lo hacemos.
Sal a caminar por el monte con tus bastones aunque estés en una ruta de senderismo. Siempre tienes la opción de manejarlos como un senderista o como un nordiquero. Tú eliges, pero siempre con seguridad.