La pisada activa: el motor invisible de la Marcha Nórdica

En Marcha Nórdica, cada paso cuenta. Más allá de una postura erguida, un movimiento amplio y largo de los brazos, una coordinación de extremidades superiores e inferiores y un uso activo de los bastones, el trabajo activo del pie desempeña un papel fundamental en la ejecución de la técnica y en la eficacia del impulso hacia adelante.

Pisada activa.

Cuando caminamos de manera consciente, el pie no solo soporta el apoyo del peso del cuerpo, sino que participa activamente en la propulsión. La pisada comienza con un apoyo controlado del talón, elevando la punta del pie, continúa con una transferencia progresiva del peso hacia la planta y finaliza con un empuje enérgico por parte de los dedos, especialmente el primero y el segundo. Este gesto genera una consecución de fuerzas que contribuye al impulso del cuerpo hacia adelante y mejora la fluidez del movimiento.

Fases del pie.

En Marcha Nórdica este trabajo activo se combina con el impulso de los bastones, creando un movimiento eficiente, armónico y completo. Activar el pie correctamente mejora la estabilidad, fortalece la musculatura plantar y reduce el impacto en articulaciones como rodillas y caderas.

Movimiento fluido.

Practicar una pisada consciente y activa no solo optimiza el rendimiento, sino que convierte cada paso en una oportunidad para conectar con el terreno, mejorar la técnica y disfrutar plenamente del dinamismo de la marcha nórdica.

Pisada consciente.

Ten en cuenta que esto no es fácil de realizar y necesita entrenamiento. Te proponemos practicar la activación del pie con zancada larga sin apoyar los bastones en el suelo  y a los pocos metros apoyarlos e impulsar para volver a levantarlos, manteniendo el impulso solo con los pies.

Practicar la pisada activa en marcha nórdica transforma tu forma de caminar y potencia todos los beneficios del Nordic Walking.